martes, 3 de julio de 2012

The End, un poema de Ana Isabel Conejo

THE END

En mi vida suceden muchas cosas
que nunca han sucedido.
Veo nevar y siento que un ángel está a punto
de arrojarse a nadar para salvarme,
veo una torre y oigo los pasos de Kim Novak
subiendo la escalera de caracol del miedo.
Cuando bebo champán miro a la gente
con la sonrisa de Ninotchka, y hay
por cada lámpara encendida un hombre solitario
que espera a que amanezca
bajo la luz marina de su angustia.

Yo soy todos los rostros que me habitan,
llevo escrita su luz en la mirada,
y puedo despedirme con las lágrimas
serenas de Ingrid Bergman
de cualquier ilusión. Cuando anochezca
aún seguirán conmigo todos ellos.
Mirarán por mis ojos cuando me suba a un tren,
cuando compre unos guantes
o empañe los cristales observando la luna.
Ocurra lo que ocurra,
si termino llorando,
Gary Cooper podrá prestarme su pañuelo
y alguien habrá dispuesto a repetir su truco
con los martinis y las aceitunas
para hacerme olvidar.
Y cuando el fin se acerque
estarán a mi lado
(no necesariamente silenciosos)
y no serán los últimos en irse:
antes me enseñarán
la postrera lección, la más difícil:
la de cómo morir
sin quebrantar las reglas
de la imaginación.

ANA ISABEL CONEJO

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