lunes, 24 de septiembre de 2012

Un poema de Yehuda Amijai

La tarde se tumba a lo largo del horizonte y dona sangre.
Una bandada de pájaros sube como vapor negro.

El amor es un depósito de bondad y mimos,
como graneros y estanques en tiempo de miseria.

Un niño se sienta solo  en su cama,
su reino es un reino por todos los siglos.

La gente rodea su casa con una tapia
para que su esperanza no sea en vano.

En una habitación blanca y cerrada, una mujer
decide dejarse crecer el pelo.

La tierra está vuelta al encuentro de la semilla.
Una instalación militar  secreta surge en la oscuridad.

YEHUDA AMIJAI


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