jueves, 11 de octubre de 2012

Algunas Luminarias, de Miguel Ángel Curiel

ALGUNOS POEMAS DE LUMINARIAS

9

Mi casa debería estar vacía, y yo vacío. Casas vacías y hombres llenos. Al revés, casas llenas y hombres vacíos. Un espacio vacío para la vida. Grandes ventanas dando a espacios amplios y paisajes limpios. La poesía siempre se da a media altura. Allí donde suelen estar los pájaros se dirimen los asuntos de la tierra y el cielo. Una casa vacía para que pueda entrar la luz de la poesía. Un hombre vacío.


31.

Buen tiempo. Le escribo al sol en una mesa de madera blanca a la sombra de la higuera. Escribo en la luz y la luz no permite que vea las palabras que estoy escribiendo. Escribir a ciegas. Cuando al rato lo vuelves a leer, favorecido por una ligera sombra, dices, me faltó claridad. Faltó expresarlo todo de manera más clara, y sabes que no lo puedes romper.

242

Todo náufrago es finalmente un poeta, un hombre renacido que comprende las sustancias de la inmensidad y de las fuerzas de la naturaleza. Puede hablar con el cielo aunque no haya dioses, sublimar esta falta, esa ausencia con lenguaje absoluto. Un poema sobre la nada lleno de palabras.


252

Un niño que en el día de mi muerte lleve en la mano la ceniza de mis palabras, me abra la boca y allí la vierta. Un niño que ese día juegue con la vida. Un día de sol.


MIGUEL ÁNGEL CURIEL


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