lunes, 1 de octubre de 2012

Morir sin haber vivido, poema inédito

MORIR SIN HABER VIVIDO

Morir
sin calenturas en los labios
de sueños que abrasaron
el envoltorio frágil
de los días vividos.

Morir
sin un desván
alojado en el pecho
reventando de imágenes
que, al cabo de los años,
aún alteran el usual
recorrido del aire
en los pulmones.

Morir
sin haber muerto cada día
de vida palpitante
y no saber
que existe
otra manera de morirse.

Más dolorosa.

Pero menos vacía.


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