jueves, 4 de octubre de 2012

Un poema de Carlos Aganzo

POEMA INICIAL

El té sobre los besos derramado
y en la mesa mil libros
como ramas de almendro
movidas por el viento de los bárbaros.
Tu suave piel, tus dulces acertijos
jugando con la voz de los poetas
que bebieron el vino
y besaron los labios de las rosas
delante de nosotros.
Todo más bello aún,
más alto, más intenso
por saber que se acaban
los racimos de música
y la antigua fragancia de los tilos.

Tu piel estremecida. Tus ojos arrasados.
Un suave tintineo de cristales.
Mil caballos sin ojos que galopan
hasta estrellar su rabia contra el mundo.

CARLOS AGANZO


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