viernes, 6 de junio de 2014

Un poema de La Fatalidad, de Fermín López Costero

ALAS

Un día también fui joven,
como esas muchachas que hoy recelan
de mi aspecto
y evitan cruzarse conmigo
echando a volar como libélulas.

Un día, yo también lucí alas espléndidas,
capaces de elevar mi espíritu
por encima del filo homicida
de las cordilleras.

Pero hoy, aquellas alas está desnutridas
y su plumaje se encuentra sucio y ajado.
Inservibles están
para emprender ningún vuelo.

Recogidas sobre mi espalda,
pronto se desplegarán por última vez
cuando hayan de servirme de mortaja.

FERMÍN LÓPEZ COSTERO


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