jueves, 25 de septiembre de 2014

Estado de hibernación, un poema de peces transparentes

ESTADO DE HIBERNACIÓN



Ya no sé por qué sigue mi sed escayolada.



Por qué sigue hibernando mi conciencia

en este estercolero de palabras

en el que me revuelco.



Hay otras soledades

que abrevan en la mía.



Manos que se sostienen

con un dolor más largo que tu ausencia.



Hay servidumbres aplastando otras almas

con una virulencia semejante al granizo

cuando revienta cosechas de amapolas.



Hay alfileres clavadas en todas las pupilas que me miran.



Y yo mido el desconsuelo por pulgadas.



Y sé que más allá de mis cadenas

están los que no miden

porque ya han aceptado

que la línea enredada de sus penas



tiende -como la mía- al infinito.


JULIA CONEJO






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