viernes, 21 de noviembre de 2014

Un poema de Antonio Hernández

El destierro es la vejez, la vejez
sin salir de la propia casa
hipotecada, embargada, del cuerpo.,
Le quedó en otro tiempo no lejano
la esperanza de regresar un buen día a la tierra
en donde vivaquea la ternura,
la embriaguez sin vino que se llama emoción,
la apretada sencillez del abrazo.
Pero a un anciano sólo le queda recordar
utilizar con tino la última bala del revólver,
echarse, involuntario, cimarrón embebido,
al monte en las procelas del naufragio,
sin salvavidas, solo con la memoria enferma
recordar, recordar, cangrejo de las lágrimas.

ANTONIO HERNÁNDEZ


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