martes, 23 de febrero de 2016

Un poema de Jorge M. Molinero

QUE LAS FRUTAS ROJAS SON UNA MENTIRA

Yo escojo frutas rojas para la merienda,
frutas rojas, dulces y alegres
para el almuerzo saludable del colegio.

Pero ella me pide manzanas.
Manzanas verdes y ácidas. Muy ácidas.

Y en esto que creo en la reencarnación,
esta renacuaja me viene ya
con la lección aprendida.
Que de comerse el mundo, al menos, que
sea el de verdad, este que se nos atraganta
con su pulpa áspera y nos deja ardor en el estómago
cada vez que osamos hincarle el diente.

Las manzanas, ácidas

   sin el dulzor prometido
por las marquesinas de las paradas de autobús.

Que las frutas rojas sólo sirven
para titular los poemas tristes de papá.

JORGE M. MOLINERO


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